Una de las cosas más relevantes que ha traído consigo la revolución de las criptomonedas es un proceso de conversión de unas a otras a una velocidad impensable (y generalmente unas tasas de cambio muy baratas). Si a esto sumamos el hecho de la aparición de las monedas digitales estables paritarias con el dólar, nos encontramos con un panorama muy diferente respecto a la conversión de divisas.
En este contexto cabe preguntarse a la hora de seleccionar el modelo de pago, en qué casos puede ser más interesante convertir nuestros pesos en dólares o viceversa. Y aunque parezca una respuesta sencilla, realmente no lo es ya que depende de muchos factores.
¿Convertir o retener?
Probablemente la primera respuesta que surja cuando se habla de cambio de divisa, da igual el tipo de divisa, es aprovechar los momentos favorables de una divisa frente a otra para la conversión y analizar los costes que puede suponer.
Por ejemplo, si la posición del peso frente al dólar es más favorable de lo habitual, puede ser un buen momento para convertir y pagar en dólares, pero, dependeremos en buena medida de las comisiones y gastos de la conversión.
Sin embargo, con la aparición de las monedas estables digitales, surge una tercera opción que antaño no era tan fácil para el usuario medio: retener y esperar a un mejor posicionamiento del dólar.
Cualquiera de las actuales criptomonedas estables, entre las principales, mantiene una relación de paridad con el dólar. Esto significa que, si dejamos un depósito de estos activos, la revalorización que pueda tener el dólar también la tendrá el activo seleccionado y, por extensión, lo hará sin un coste inmediato de conversión. Es decir, el cambio de esa moneda digital a la moneda fiduciaria va a tener un coste muy inferior a un cambio de divisa convencional.
Si a esto le unimos el hecho de poder realizar pagos con tarjetas vinculadas a nuestros depósitos de activos digitales, entendemos el crecimiento de este tipo de funcionamiento en los últimos años.
¿Es posible elegir de manera adecuada entre peso y dólar?
Pues realmente en la situación actual no existe un modelo que se pueda defender como más o menos adecuado para el usuario medio.
Salvo que el volumen de operaciones que realices sea significativo, o salvo que la diferencia entre los precios a la hora de comprar con una u otra moneda sean notables (por ejemplo, si estás comprando producto local directo), lo cierto es que no deberías notar una gran diferencia. Ahora bien, esta es la teoría.
La realidad es que se tiene una tendencia innata a considerar la divisa dólar estadounidense como un valor refugio (algo que no es del todo cierto) con lo cual se llega a la acumulación física o a cierta comprensión mal enfocada sobre que se trata de un modelo claro de mejora de los sistemas de pago. Insistimos, esto no es del todo correcto y en cada caso se debe analizar en contexto.
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