Es probablemente uno de los principales miedos y preocupaciones de las pymes, y, además, es una situación muy compleja de la que una buena parte de las empresas que la sufren no son capaces de salir. Nos referimos a la insolvencia empresarial y sus consecuencias. Las situaciones de dificultad financiera abocan a muchas empresas a la insolvencia empresarial. Se trata de una situación que no siempre es predecible, y que puede acarrear desde graves problemas puntuales hasta, incluso, la desaparición de la compañía. 

Una de las principales formas de tratar de evitar esta situación es poner en práctica determinadas acciones o estrategias empresariales. En una reciente publicación en Ipyme.org encontramos una interesante batería de recomendaciones a tener en cuenta en este sentido.

Cómo posicionarse para prevenir situaciones de insolvencia en la pyme

La primera de estas recomendaciones pasaría por la creación de un plan estratégico realista y claro de la empresa, fundamentado en los objetivos del plan de empresa y dotado de las suficientes herramientas de medición que permitan monitorizar de manera constante la salud financiera de la compañía.

Por otro lado, y unido a lo anterior, los planes de empresa deben ser capaces de adaptarse a las necesidades que las empresas vayan detectando en su desempeño. La capacidad de adaptación del plan de empresa puede resultar vital ante determinadas situaciones: no tenemos más que recordar la pandemia como un ejemplo de situación imprevista y necesidad de adaptación.

Otro aspecto destacado que encontramos dentro de estas herramientas o estrategias es la recomendación de utilizar y conocer los recursos financieros específicos que puedan aprovecharse por la pyme, tanto públicos como privados. Un buen conocimiento de este tipo utilidades puede ayudar mucho a la hora de plantear escenarios a medio y largo plazo más saludables para la economía de la empresa.

También es importante, en sintonía a lo anterior, llevar a cabo políticas de Tesorería lo más profesional posible junto a un control riguroso de las cuentas de la empresa. Este control debe incluir todos los aspectos económicos de la pyme, desde presupuesto hasta asalariados, activos, pasivos, previsión de ventas, deuda, adeudos, etcétera.

Fomentar el trabajo remoto y otras estrategias

Un elemento que se ha mostrado como objetivamente interesante desde el punto de vista de la contención de gastos, y que también se encuentra reflejado en estas recomendaciones, es el momento del trabajo remoto. 

Liberar a la empresa de los costes fijos de oficina puede resultar un beneficio importante de cara a la contención del gasto, teniendo en cuenta, que este coste mensual suele ser uno de los más abultados entre los gastos fijos. Además, el hecho de mantener equipos en remoto, siempre que sea posible, puede contribuir a un modelo de empresa que aproveche más herramientas de digitalización con el consiguiente recorte de gastos que esto puede tener. 

Siguiendo con las estrategias de prevención de la insolvencia, los análisis periódicos del potencial de rentabilidad de la compañía siempre son interesantes. Conocer como la empresa va desarrollando su potencial de rentabilidad no es sólo una parte fundamental del plan de empresa en su desarrollo, también, un indicador de hacia dónde camina la salud financiera de la pyme. Es todo, también, se puede acompañar del ajuste en la realización de planes de viabilidad cada vez que sea necesario tomar un giro en las políticas económicas de la compañía.

Digitalización y formación continua

La digitalización de procesos se erige como un pilar fundamental para combatir la insolvencia empresarial. En un mundo cada vez más conectado, la transformación digital no es una opción, sino una necesidad imperante que permite a las pymes mejorar su eficiencia operativa y reducir costos. Implementar sistemas de gestión online, utilizar software de contabilidad y facturación electrónica, y aprovechar las plataformas de comercio electrónico son pasos clave en este proceso. Estas herramientas no solo optimizan la gestión diaria, sino que también abren puertas a nuevos mercados y oportunidades de negocio.

Además, la formación continua del equipo en nuevas tecnologías y tendencias del mercado es vital. Un equipo bien informado y capacitado es capaz de identificar riesgos y oportunidades con mayor rapidez, lo cual es crucial en la gestión de la insolvencia. Esta formación debe incluir desde conocimientos en herramientas digitales hasta estrategias de mercado y finanzas.