El presidente Donald Trump ha firmado una orden ejecutiva que instruye al Departamento de Comercio de Estados Unidos a investigar la posibilidad de imponer aranceles al cobre y sus derivados, argumentando motivos de seguridad nacional.
Esta medida podría intensificar las tensiones comerciales con países proveedores clave, entre ellos México, que es el tercer mayor exportador de cobre a Estados Unidos, representando el 8% de las importaciones estadounidenses de este metal.
La investigación, que se llevará a cabo bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, deberá completarse en un plazo de 270 días. Durante este periodo, se evaluará si las importaciones de cobre representan una amenaza para la seguridad nacional y si es necesario implementar tarifas para proteger la industria doméstica.
Implicaciones para la economía mexicana
La posible imposición de aranceles al cobre tendría un impacto significativo en varias regiones de México. Estados como Puebla, Sonora y Nuevo León se encuentran entre los principales productores y exportadores de cobre del país.
En particular, Puebla lidera las ventas nacionales de cobre refinado, aunque su principal mercado es China. No obstante, una parte considerable de las exportaciones de cobre mexicano se dirige a Estados Unidos, por lo que la implementación de aranceles podría afectar negativamente a la industria minera y a la economía de estos estados.
Además, esta medida podría repercutir en la balanza comercial y en las relaciones económicas entre ambos países, en un momento en que ya existen tensiones debido a otras políticas comerciales.
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